La entretenida
Jornada primera
169vEntran Don Antonio, y su hermana Marcela.
170r
Ant.
porfiada hermana estás,
quiero, mas no diré a quién.160
Tengo ausente mi alegría,
sin saber adónde yace,
y de aquesta ausencia nace
toda mi malencolía.
Hanla escondido, y no sé165
adónde en cielo, ni en tierra,
muévenme los celos guerra,
y dan alcance a mi fe.
No porque la menoscaben,
que celos no averiguados170
ministran a los cuidados
materia, porque no acaben.
Son la leña del gran fuego
que en el alma enciende amor
viento, con cuyo rigor175
se esparce, o turba el sosiego,
Éntranse Quiñones, y Cristina.
Que se te parece mucho,185
Mar.
válame Dios
qué es aquesto?
si es amor éste de incesto?
con varias sospechas lucho.
Entra Don Francisco, amigo de Don Antonio.
Retiraos hermana mía,
Mar.
Dios tus intentos mejore,
Éntrase Marcela.
Ant.
traéis desdichas que llore?
o ya venturas que ría?200
Las diligencias que he hecho205
frisan con las imposibles,
linces ha habido invisibles,
y espías de trecho a trecho.
Pero no puede mostrar
sagacidad, o cautela,210
dónde han llevado a Marcela,
cosa que es para admirar.
Solamente se imagina.
que una noche la sacó
su padre, y se la llevó,215
pero adónde no se atina.
La ciencia, no en cuanto a
ciencia,
sino en cuanto al usar della
el simple que se entra en ella
sin estudio, ni experiencia.
Si acaso Marcela
fuera225
alguna joya perdida,
yo buscara otra salida,
que buena en esto la diera.
Santos hay auxiliadores
170v
veinte, o más, o no sé cuántos,230
pero no querrán los santos
curarnos de mal de amores.
Busco yo a Marcela acaso,
sino para ser mi esposa?
della pretendo otra cosa?
Fra.
o vámonos, o habla paso.240
Que no sabes quién te escucha,
Ant.
vamos amigo, y advierte
que fío mi vida, y muerte
de tu discreción que es mucha.
Éntranse Don Antonio, y Don Francisco.